Esta vez la visita fue muy rápida, pero muy significativa.
Después de no venir un par de meses llegamos alrededor de las 5pm a la Casa Hogar, nos reportamos con la encargada y fuimos a ayudar con la merienda.
Una vez ahí nos pidieron llevar a las mesas y ofrecer unas jarras con leche, chocolate o agua caliente a los abuelitos y servirle al que quisiera.
A lo mucho nos llevamos media hora en esto, preguntamos si había algo mas en que apoyar, pero ya no había más por hacer y terminamos por ese día.
Nunca me imagine que después de algo tan sencillo recibiéramos una despedida con tanto cariño y tan bonita... Todos los abuelitos y las abuelitas sonriéndonos y diciéndonos adiós como quien despide en el aeropuerto a un ser muy querido.
En verdad me sorprendió, nunca lo olvidaré.
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