El día de hoy llegue directamente a la capilla para estar un poco en misa y luego ayudar a subir a las abuelitas al piso en el que están sus cuartos.
Hace un par de semanas que no veía a las abuelitas del piso 11 y hoy a algunas las vi muy cambiadas.
Me llama mucho la atención como la vida es una especie de ciclo en la que al inicio, de niños somos indefensos, después con los años nos vamos haciendo más fuertes, luego esa fuerza disminuye y ya casi al final volvemos a necesitar que alguien cuide de nosotros.
Es curioso, pero la vejez parece tener muchas cosas en común con la niñez.
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