miércoles, 30 de diciembre de 2009

Reflexión al vuelo en una noche de insomnio por un café demasiado cargado

Hoy vi una frase buenísima:

"Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario". Elbert Hubbard

Me encanta la tecnología, pero no puedo dejar de maravillarme por el infinito potencial del espíritu humano y del amor, los cuales son tan grandes que a veces sólo pueden ser expresados en una nota musical, en un haz de luz o en un trazo de color...

No puedo dejar de asombrarme cuando una imagen o una melodía pueden conmover hasta las lágrimas, cuando un atardecer soleado y el sonido del mar pueden llenarnos de paz...

Creo firmemente en la Inteligencia Artificial, en la velocidad, poder y precisión de las máquinas, pero qué es eso junto a la alegría de la sonrisa de un angelito?

Me fascina la complejidad del software y lo descomunal que puede ser el procesamiento masivo, pero no puedo siquiera compararlo con el milagro del nacimiento de un niño.